El proyector se enciende, la sala queda en penumbra y escuchamos cómo la maquinaria comienza a funcionar. Nos quedamos mirando a la gran pantalla para sumergirnos en una nueva historia, “Niagara” (1953) ¿Merecerá la pena la actual promesa del cine, Marilyn Monroe? ¿Es tan cautivadora como cuentan? No lo sabemos ¡Luces, cámara, acción! ¡Que empiece el show!

El Capitolio es uno de esos inmuebles ilicitanos que nunca ha pasado desapercibido.  Su origen se remonta a 1873, cuando se funda el Casino de Elche por Luis Gonzaga Llorente, quien también fundó el primer teatro de la ciudad. Personajes ilustres de la época, como Pedro Ibarra, Ramón Lagier o José Revenga, se reunían en sus inmediaciones, como la amplia terraza. Ya en su momento era un edificio de lujo, pues se reutilizó la casa nobiliaria de los Perpiñán (sobre la muralla medieval) para su construcción.  Sin embargo, estas reuniones y tertulias acabaron cuando en unos disturbios en febrero de 1936 terminaron quemando y saqueando el lugar.

El edificio quedó abandonado hasta los años 40, cuando se planteó la instalación de un cine, inaugurado en 1949. El cine Capitolio fue de los más lujosos de Elche, acogiendo no solo estrenos de toda índole, sino también representaciones teatrales, actos sociales y actuaciones musicales, como el destacado recital de Montserrat Caballé, además de los conciertos de la Sociedad de Amigos de la Música.

El Museo Escolar de Pusol conserva diversas piezas que han sido testigo de esos años de cine. Documentación como un folleto publicitario ilustrado con el cartel de la película “Niagara” (1953) ¡En technicolor! Junto con una breve sinopsis y detalle de los actores principales en su reverso. Aunque quizás los espectadores prefieran algo más de la tierra, como “el divo de la canción, Antonio Molina” “y “Esa voz es una mina” (1955).  O tal vez prefieren algo del calibre de “Ben -Hur” (1959), “¡la gigantesca superproducción Metro Goldwyn Mayer!”, filmada en cámara 65 (es decir, con formato de gran pantalla). Aunque, personalmente, me decanto por “Braveheart” (1995) y su canto a la libertad. Tendré que comprar la entrada antes de que se formen largas colas en la taquilla, frente al gran cartel luminoso que reza “Capitolio”.

Sin embargo, las luces terminaron por apagarse, ya que en mayo del 2003 cerró sus puertas, debido al auge de un nuevo tipo de visionado (el DVD), de la propia crisis empresarial del momento y de la apertura de los cines ABC del C.C Aljub. Los tiempos y las pantallas habían cambiado.

Después de aquello, un conocido comercio se hizo con el inmueble, hasta ahora, que ha vuelto a salir a la palestra.  En lo personal, tengo predilección porque vuelva a sus orígenes culturales. Es una lástima que se haya perdido el momento de ir al cine, en el centro de tu ciudad, tomar algo y pasear. Con la actual tendencia a dinamizar el centro creo que sería un extra contar de nuevo con esa magia.

Espero que se vuelvan a encender las luces de los proyectores.

Autora: Rosa Antón González, historiadora y voluntaria en el Museo Escolar.

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Fuentes:

• Catedra Pedro Ibarra: www.elche.me.


• Alicante Plaza: https://alicanteplaza.es/queda-mucho-para-ser-malaga.


• Instagram Patrimonio Cultural de Elche (@patrimonioilicitano).